Hola, amigas de Top Secret Mujer, les pido una disculpa por no haber publicado nada la semana pasada, les confieso que fue por algunas cosas de trabajo, pero aquí estamos presentes.
Esta vez dejaremos de lado, por un momento, los temas que por lo general abordamos en este espacio, porque en esta ocasión el suceso lo amerita.
El día martes 4 de noviembre de este año, a las 7 de la noche, se estrelló una avioneta en las calles de Reforma y Ferrocarril de Cuernavaca, en las Lomas de Chapultepec. En la colisión perdieron la vida el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño Terrazo, el ex titular de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos y sus acompañantes Miguel Monterrubio, director general de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación; Arcadio Echeverría, coordinador de Eventos y Administración de la Oficina del Secretario, y Norma Díaz, directora de Información; así como el capitán Julio César Ramírez Dávalos, el copiloto Álvaro Sánchez y la
sobrecargo Gisel Carrillo.
Hasta este momento se reportaron 40 personas heridas de gravedad después de que el informe del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, reportó alrededor de 70 automóviles incendiados, en los que presuntamente habría gente adentro al momento del impacto, así como las personas que se encontraban caminando en el lugar.
Lo relevante de este asunto, más allá de lo inusitado del hecho y de toda la gente que desgraciadamente murió o esta grave de salud; es en primer lugar la muerte del segundo hombre más importante del país, después del presidente; así como del ex titular de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada, dependencia encargada de investigar todos los asuntos referentes al narcotráfico y crimen organizado.
La manera brutal y sorpresiva del suceso, convulsiono a nuestro país, porque nos hizo replantearnos, sobre la vida y lo frágil que es. A pesar, de lo excepcional del acontecimiento, lo sobrepasa el hecho de que personas allegadas al presidente de nuestro país se encontraban en dicho avión. En este caso Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación, colaborador y amigo muy cercano de Felipe Calderón.
Pieza clave en las decisiones presidenciales, figura principal para llevar a cabo una óptima integración de los diferentes actores políticos, representante a nivel internacional del presidente en actos públicos.
No debemos mantenernos ajenos a estos acontecimientos, no es una “simple” nota roja, o un accidente espectacular que hasta el día de ayer sólo veíamos que pasaba en otros países, no es un tema exclusivo de la clase política. Es un tema que nos incumbe a todos los mexicanos, murió el segundo de a bordo del presidente, su mano derecha, su amigo. Nos concierne a todos, de derecha o de izquierda, jóvenes y adultos, trabajadores o estudiantes, amas de casa o empleadas.
Es de suma importancia estar al tanto de lo que le pasa a nuestro país, y la noche de ayer fallecieron en un accidente terrible, hombres que de alguna manera influyeron en el rumbo que hoy seguimos, como sociedad.
En los próximos días darán a conocer los datos que contiene la caja negra del avión, para determinar las causas que provocaron su desplome. Hasta ahora se ha descartado la posibilidad de que pudiera tratarse de un atentado por parte del crimen organizado.
La cobertura en los medios ha sido mesurada y en general se ha invitado a la población a descartar especulaciones, a mantener la calma, y en especial se ha manifestado, no solo en los noticiarios sino en programas de tipo revista y de espectáculos, el pésame a los familiares de las personas que perdieron la vida en el accidente, tanto a los que viajaban en el avión como a las familias de quienes se encontraban en lugar del percance.
Desde esta pequeña tribuna me uno igualmente a la pena que embarga a las familias de todas aquellas personas que perdieron la vida el día de ayer en este accidente.
Por mi parte los invito a reflexionar en torno a este hecho, y a mantener la esperanza y la voluntad firme para salir adelante como sociedad y como país.
Esta vez dejaremos de lado, por un momento, los temas que por lo general abordamos en este espacio, porque en esta ocasión el suceso lo amerita.
El día martes 4 de noviembre de este año, a las 7 de la noche, se estrelló una avioneta en las calles de Reforma y Ferrocarril de Cuernavaca, en las Lomas de Chapultepec. En la colisión perdieron la vida el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño Terrazo, el ex titular de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos y sus acompañantes Miguel Monterrubio, director general de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación; Arcadio Echeverría, coordinador de Eventos y Administración de la Oficina del Secretario, y Norma Díaz, directora de Información; así como el capitán Julio César Ramírez Dávalos, el copiloto Álvaro Sánchez y la
sobrecargo Gisel Carrillo.
Hasta este momento se reportaron 40 personas heridas de gravedad después de que el informe del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, reportó alrededor de 70 automóviles incendiados, en los que presuntamente habría gente adentro al momento del impacto, así como las personas que se encontraban caminando en el lugar.
Lo relevante de este asunto, más allá de lo inusitado del hecho y de toda la gente que desgraciadamente murió o esta grave de salud; es en primer lugar la muerte del segundo hombre más importante del país, después del presidente; así como del ex titular de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada, dependencia encargada de investigar todos los asuntos referentes al narcotráfico y crimen organizado.
La manera brutal y sorpresiva del suceso, convulsiono a nuestro país, porque nos hizo replantearnos, sobre la vida y lo frágil que es. A pesar, de lo excepcional del acontecimiento, lo sobrepasa el hecho de que personas allegadas al presidente de nuestro país se encontraban en dicho avión. En este caso Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación, colaborador y amigo muy cercano de Felipe Calderón.
Pieza clave en las decisiones presidenciales, figura principal para llevar a cabo una óptima integración de los diferentes actores políticos, representante a nivel internacional del presidente en actos públicos.
No debemos mantenernos ajenos a estos acontecimientos, no es una “simple” nota roja, o un accidente espectacular que hasta el día de ayer sólo veíamos que pasaba en otros países, no es un tema exclusivo de la clase política. Es un tema que nos incumbe a todos los mexicanos, murió el segundo de a bordo del presidente, su mano derecha, su amigo. Nos concierne a todos, de derecha o de izquierda, jóvenes y adultos, trabajadores o estudiantes, amas de casa o empleadas.
Es de suma importancia estar al tanto de lo que le pasa a nuestro país, y la noche de ayer fallecieron en un accidente terrible, hombres que de alguna manera influyeron en el rumbo que hoy seguimos, como sociedad.
En los próximos días darán a conocer los datos que contiene la caja negra del avión, para determinar las causas que provocaron su desplome. Hasta ahora se ha descartado la posibilidad de que pudiera tratarse de un atentado por parte del crimen organizado.
La cobertura en los medios ha sido mesurada y en general se ha invitado a la población a descartar especulaciones, a mantener la calma, y en especial se ha manifestado, no solo en los noticiarios sino en programas de tipo revista y de espectáculos, el pésame a los familiares de las personas que perdieron la vida en el accidente, tanto a los que viajaban en el avión como a las familias de quienes se encontraban en lugar del percance.
Desde esta pequeña tribuna me uno igualmente a la pena que embarga a las familias de todas aquellas personas que perdieron la vida el día de ayer en este accidente.
Por mi parte los invito a reflexionar en torno a este hecho, y a mantener la esperanza y la voluntad firme para salir adelante como sociedad y como país.
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